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Cordones pareados
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Autor: Paco Huelva
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Alguien especial que no sabe que lo es
(Apuntes sobre un autor)
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Dice que es un lector que de vez en vez escribe, eso dice, pero la escritura es en él el rayo que no cesa.
Está ocupándose continuamente de los libros de los demás, los suyos apenas los menciona. Hace críticas excelentes para ayudar, bueno, quito la palabra ayudar, por si alguna sensibilidad se ve herida, y la cambio por impulsar, así digo que hace críticas excelentes para impulsar obras ajenas (también ayuda siempre que puede). Y, al mismo tiempo que lee libros de diferentes autores, un bosque de papel se extiende en la intimidad de su estancia para agradecer, estimular, protestar, opinar, construir, amar o añorar como ser humano que navega en el fuego del río de la vida.
Sólo él sabe las veces que lo ha desafiado la página en blanco, las veces que se ha enfrentado al vacío; que deben ser las mismas veces que ha tomado forma su pensamiento en esas mismas páginas y han acabado siendo el lienzo de uno de esos personajes que lo habitan buscando defensa en su voz. Una mente activa, creativa, es un universo donde caben miles de mundos y basta el aleteo de un pájaro o el sonido de la lluvia o el titileo de una estrella o cualquier suceso de esos que sólo son visibles a los ojos que saben mirar desde el interior de las cosas, para entrar en esos mundos y darles forma en la palabra oportuna y adecuada. Esto es algo que va intrínseco en ser poeta; pero él tampoco se considera poeta; así que es alguien que no se considera escritor, sino alguien que de vez en vez escribe, y es alguien que tampoco se considera poeta, aunque su mirada y sus latidos están regidos por la armonía del vate. Entonces queda claro que es alguien especial que no sabe que lo es y que no se puede definir llamándolo escritor ni poeta. Es alguien que alcanza definición propia y plena cuando lo llamas Paco Huelva. En su nombre hay contenido un macrocosmos que nos da pinceladas de su haber en sus narraciones, en sus relatos breves, en sus novelas cortas, y desde el que perfila de forma concisa y clara el mundo que quiere, el mundo que le gustaría que fuera, el mundo que un día soñó y por el que circulan propósitos, recuerdos, injusticias, desencantos, rebeldías… Todo vestido de un estilo culto y ameno a la vez que lleva el sello que caracteriza su personalidad e infiere estilo propio en su manera de decir. Para desarrollar una historia con su introducción, nudo y desenlace no necesita quinientas páginas. Sus narraciones son un claro ejemplo. Él lo sabe. Como Borges lo sabía y como avisa en una de sus acertadas citas. Y, como Borges, para qué meter relleno en una historia que queda dicha con pocas palabras. De esta forma, ni la lectura aburre ni se desvía del tema. Esto hace que sus libros sean una suma de historias a cuál mejor, que no dejan indiferente al lector, que las lee fácil, y al que llega con rapidez la profundidad del mensaje.
Amante de la buena música y de las artes escénicas, Paco Huelva le da la vuelta a los «seis personajes en busca de autor», de Luigi Pirandello, y se convierte en el autor que ha encontrado a sus personajes, unas veces en el paraíso y otras entre las piedras del camino, convive con ellos y los ha vestido de una moral y les ha conferido una psicología que se extrapola de la narración, pasa del personaje al tú, al yo, nos aborda como individuos y nos identifica como sociedad.
Con los ojos del alma con que se lee se habla del alma que se encuentra en la lectura. El lector que busca en el escritor coherencia, honestidad y responsabilidad como ser humano en el lugar que ocupa en el mundo, encuentra en Paco Huelva un maestro. Él se restará importancia a la primera que surja, es su naturaleza, pero su ejemplo es fiel a la evidencia de que toda su vida ha tenido y tiene una dirección constante hacia el bienestar común. No ha escatimado esfuerzos para conseguirlo y ha luchado sin tregua, como aparece grabado en su curriculo de vida y escrito en su quehacer diario donde queda patente que en esa trayectoria su arma, su armadura y su escudo siempre ha sido y es la palabra. Esto a él lo honra y al lector que busca valores humanos lo lleva a aprender de todo cuanto escribe.
Hace años encontró, en un VALLE mayúsculo de esencia de mujer, su remanso de paz, su yin en su yang universal, su todo. Desde el poder del amor nos alcanza su fuerza en el brillo de sus letras, cargadas de mente y corazón, los dos motores de la existencia humana.
Personalmente, espero seguir disfrutando de su actividad diaria en la que nos da notas, comentarios personales, reseñas de libros, artículos de opinión; espero seguir disfrutando de sus libros, los que pongo aquí son una pequeña pero importantísima muestra de ellos, y espero también que no se rinda ante cualquiera de los contratiempos que hoy abundan, que no emule a nuestro inmortal Cervantes, cuando puso el final de la escritura de don Quijote en boca de Cide Amete, y que tarde mucho, mucho tiempo en colgar su pluma en la espetera.
Vale.
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Gracias, Paco Huelva. Mil gracias, maestro.
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Mara Romero Torres
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