PHIBOS

Entiendo las formas poéticas —las Artes en general—, como algo totalmente alejado del encasillamiento y no como ente repetitivo que no encuentra caminos. Todas las artes evolucionan, buscan, ensayan, llegan a las tripas de la materia buscando con mirada curiosa un algo diferenciador en positivo que permita mostrar lo que permanece oculto a simple vista.
Ante el lado tosco de la realidad de las cosas, el verso es siempre catalizador; instrumento evanescente que penetra lo recóndito mostrando las esencias escondidas. En el caso de los Phibos, el poema toma la matemática de la arquitectura primigenia del Universo, la seduce, se deja seducir , se hermana y establece una especie de simbiosis hermosísima que lleva a la conjunción de dos elementos aparentemente alejados, nutriéndose de la savia común y alumbrando formas poéticas calientes del frío cálculo matemático. El resultado puede que no aporte grandes descubrimientos pero lleva el sello del entretenimiento emocional en una época traumatizada por las prisas y el desencanto estético.
¿Qué son los Phibos?
Los PHIBOS son pequeños poemas basados en el número áureo o de oro (también llamado número dorado, sección áurea, razón áurea, razón dorada, media áurea, proporción áurea y divina proporción) representado por la letra griega φ (fi) (en honor al escultor griego Fidias). Phi es el número que define y determina la deliciosa disposición de los pétalos de una rosa; la famosa pintura de Salvador Dalí “Sacramento de la Última Cena”; las conchas espirales de los moluscos o hasta incluso la cría de conejos. Un número misterioso que en literatura matemática especializada se representa como la letra griega tau, aunque a principios del siglo XX, el matemático estadounidense Mark Barr le dio el nombre de Phi, la primera letra griega del nombre de Fidias, el gran escultor griego que vivió alrededor del 490 al 430 a.C.
Hace un tiempo, inicié en lengua castellana, al tiempo que mi apreciado colega y amigo Gregory K. Pincus lo hacía en lengua inglesa, la construcción de poemas basados en la Secuencia Fibonacci, aplicando dicha secuencia en orden creciente y decreciente. Pincus les dio el nombre de FIB y yo el de Phibos, ambos en honor a Fibonacci.
Hay algunas cuestiones sobre la forma de confeccionar los Phibos en las que no profundizo ahora para no complicar demasiado la cuestión en las primeras fases. Muestro (para los que quieran experimentar) algunos poemas de mi colección en la secuencia silábica 1-1-3-5-8-13-21-34, etc. Ya de antemano os digo que si alguien necesita cualquier aclaración sobre cómo componer estas preciosidades, puede contar conmigo para todos los efectos.
φ
[φ]
Tú,
Phi,
eres
pálpito
efervescente.
Ah tú, áurea maravilla,
copulas con la esencia auroral del número
hasta lograr la suma de las partes por el todo y alcanzar lo eterno.
Indefinible concepción del infinito
expresada en la exquisita
música versal
que emana
pura
de
ti
[φ]
Clímax
[φ]
Si
no
suenan
los besos
ni los amantes
se funden en mil gemidos
alcanzando el soñado clímax ambos, los dos,
pareciera un universo
empobrecido
opaco
triste
sin
luz
[φ]
Queja
[φ]
Sí,
no,
quizás.
Deshojo
la margarita
buscando significados
que moran más allá del espectro visible;
mas todo sentimiento debe apoyarse en la lógica matemática
pues en ella está la respuesta a la pregunta
y el motivo de la queja
que nos golpea
constante
sin ton
ni
son.
[φ]
Número y circunstancia
[φ]
Te
sé,
amor.
Te tomo
por detrás, así
me fundo entre lo visible
y lo invisible; muy lejos del observador,
allá donde oscila la conciencia de los que aman; allá do finalizan
las cosas que aún carecen de nombre, aunque lo tienen. Y me siento antigüedad, y mito, /cual matemática etérea
de la lejana estrella, de cuya luz soy verso. Y soy al tiempo mágico;
esplendente polo de nadir que cabalga
en el vientre de la Tierra.
Y soy número
que bulle
dentro
de
ti.
[φ]
Un saludo.
Antonio García Vargas
Nota: Haz clic en el enlace siguiente para saber más, desde Arte Fénix, sobre el número áureo:
Algunos datos sobre el número áureo. Jugando con la Geometría
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