Mayte Albores, Rafael Mérida Juan y Francisco J. Picón, España
En esta ocasión, y porque no puede ser menos, desde Arte Fénix os recomiendo la lectura de los poemarios de Mayte Albores, Rafael Mérida Juan y Francisco J. Picón. Tres lujos de poesía que podéis adquirir sin problemas en casadellibro.com
«¿Acaso crees,
que por sostener más tiempo tu mirada frente a la mía,
voy a saber más de lo que ya me dijiste con un esquivo?
Tus miedos son los mismos que los míos,
no hagamos un pulso de esto,
hagámonos de nuevo el uno al otro,
que el amor, no remienda,
reconstruye…»
Sobre El sexo: de boca en boca:
“Cuando un sabio señala las estrellas, los tontos miran el dedo”, reza un refrán nicaragüense. La realidad no está en el dedo que señala, sino en lo que apunta. Algo parecido nos dice la autora en este poemario: el sexo no queda definido por un órgano —«¿Qué hay detrás de la palabra, /y qué más allá de un silencio?», se pregunta Mayte. He ahí a lo que apunta el dedo—: la forma que el sujeto tiene de aproximarse a su fantasma y obtener algún placer. Apunta, pues, a la palabra, a lo que viaja en el decir. Francisco J. Picón, así lo señala muy acertadamente en su prólogo: para hablar de sexo, nada mejor que usar la boca, la palabra; y si es en
verso, mejor. Es decir, el sexo: de boca en boca.
Pero más concretamente nos habla de lo imposible del Goce, de lo que se escapa en ese intento fallido; de ese límite —¿estorbo?— que impide gozar del cuerpo de la mujer, dejando al sujeto con el único goce posible: el del órgano. Circulando por estos complejos y azarosos vericuetos, Mayte nos incita a reflexionar sobre lo que suscita esta confrontación: miedo, la hipocresía, dudas que atraviesan la historia y aturden al sujeto. Parafraseando a Fracisco J. Picón, la palabra hecha verso es el resultado, pues, de esta
imposibilidad.
La poesía de Mayte Albores, resume Pedro Luna, es transparente pero insondable al mismo tiempo, desnuda e íntima, humana y animal. Requiere de una lectura cómplice y liberada de complejos, sin ideas preconcebidas y con el afán de descifrar cuanto se esconde tras una tupida telaraña de versos libres y atrevidos.
El sexo: de boca en boca, que le invitamos a leer, canta y ensalza el acto sexual. Pero no lo hace desde un prisma simplemente carnal, sino con la finalidad humana de ensanchar el alma de los amantes y, por extensión, de quienes habitan en sus versos.»
Polvo en el vientoSeremos polvo en el viento
que sin voluntad se mueve
cuando la postrera noche
a su mesa nos invite.
Entonces no habrá palabras
ni huellas a las que seguir
y los sueños no vendrán
porque en tierra los dejamos.
Es por ello que esta tarde
sin que las sombras se escondan
en mi corazón herido
te ofrezco la vida entera
y sin temor hoy repito
que aunque no quieras te quiero.
(pág. 60)
Contraportada de La memoria de tu olvido:
«La memoria de tu olvido, poemario que le invitamos a leer, resume el verso del gran maestro Neruda: « Es tan corto el amor y tan largo el olvido», y precisamente en este lugar -léase herida, brecha-, en todo caso marca de lo que ya no está, donde el poeta escribe, y, siguiendo el rastro a través de sus versos nos aproxima a ese objeto ausente, que siempre está cifrado en clave de mujer.
como diría Ramón Llul, «El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere del olvido»; es por esto que, para evitar la muerte Rafael escribe contorneando esa figura efímera, escurridiza que en vano intenta asir. Escribe y recuerda; y es este espacio entre recuerdo y recuerdo que marca el compás del tiempo del poeta. Curiosa forma en clave de poesía de escribir historia.»
Sublime sosiegoPaseando
por caminos de tierra,
alzando el polvo
de tantas huellas
olvidadas,
descubro cada día
el valor del tiempo
No importa nada
cuando nada es urgente,
salvo la pausa
y el sonido de la calma
entre las sombras
de unos árboles protectores
Es entonces,
cuando las saetas
de las prisas enquistadas
se ralentizan
y se relativiza el tictac
de la rutina
Y saboreo
ese minúsculo instante,
relamiendo cada gota
de su néctar,
esbozando una sonrisa
en las arrugas de mi piel
y…
… no importa nada,
salvo ese sublime sosiego
Contraportada de Alambique de vestigios:
«Una utopía puso al poeta Francisco J. Picón en mi camino un afortunado invierno ya algo lejano.
Meses después, mientras perdíamos las miradas hacia el interior del Mar Cantábrico, rodeados de escritores amigos, fue parido un proyecto literario que nos llevó a compartir cartel por toda la geografía española y mediante el que logramos compatibilizar dos géneros en apariencia opuestos: poesía y novela.
A lo largo de ese viaje he podido constatar que el poeta Francisco J. Picón no tiene trampa ni cartón: escribe como es, y siente como —y lo que— escribe.
Artífice magister de la metáfora —convengamos con Marcel Proust, en decir que sólo una metáfora puede dar una suerte de eternidad al estilo—, alquimista del verso, nos sorprede con un singular alambique que, en constante y cuidada ebullición, no deja de liberar esencias: las palabras, combinadas de forma maestra como bien sabe, no obteniendo otro resultado que los versos que recoge, como si de una una crátera se tratara, en el presente texto listo para libar.
Prueba de su calado como poeta es el público que congrega —a los mimbres, dice el refrán, les gusta estar siempre en la lengua del rio— en las innumerables veladas literarias que organiza. Pero su poesía «de corriente mansa y grave» como diría José Mª Pemán, no es un alarde egoísta sino que, usando una imágen de Garcilaso de la Vega «corrientes aguas, puras, cristalinas»: sus versos, sirven de espejo tanto de su magnitud como poeta (quizás, a mi parecer, el mejor poeta vivo de Aragón), y como persona. Por cierto que él, en su modestia e infinita generosidad, sonríe al tiempo que lo considera una exageración. Pero yo, cuando se lo digo,
nunca me río… (Javier Abelardo, escritor)
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Tres joyas imprescindibles que no pueden ni deben faltar en la mirada de todo seguidor de buena poesía.
Hablar de ellos para mí es un honor y un orgullo el poder llevarlos hasta vosotros porque son, en un cien por cien, de esas personas coherentes por completo en su fondo y forma. La calidad humana de Mayte Albores, Rafael Mérida Juan y Francisco J. Picón se trascribe en cada uno de los versos que dan forma, en estos poemarios, a tres mundos indivisibles que en tres almas claras forman un todo de desnudado poeta.
Os recomiendo la lectura de estos tres poemarios y estoy segura de que, cuando iniciéis el viaje en su lectura, nos encontraremos en el camino.
Mara Romero Torres
info@artefenix.net
Magníficos poetas, bellos libros, Tuve el placer de presentar el de Mayte en El Corte Inglés de Zaragoza. Son renovadores, con una voz propia, e incisiva, en la forma y en el fondo del poema.
Mara: me ha encantado leer tus palabras. Tú sí que eres un lujo -también- escribiendo…
Abrazos
Será un placer leerlos.
Te quedas con ganas de mas.
Estoy de acuerdo con Mayusta:
Un lujo leerte siempre.
Beso