Helen Keller, el milagro de una vida, la vida de un milagro
Helen Keller nació en Tuscumbia, (Alabama), el 27 de junio de 1880. Cuando contaba 19 meses de edad, quedó sorda y ciega a consecuencia de unas fiebres muy altas a las que los doctores de aquella época llamaron “Fiebre del cerebro”, pero los médicos de ahora creen que pudo haber sido meningitis o escarlatina.
Helen estuvo tan enferma que los médicos y sus familiares pensaban que no saldría de la enfermedad, así que cuando la fiebre bajó, los familiares de Helen se sintieron felices pensando que la niña estaba bien otra vez. Pero la verdad era otra, y fue su madre la que pronto notó que la enfermedad, le había dejado sorda y ciega.
Al principio fue todo muy duro tanto para la niña como para su familia, ya que Helen fue creciendo con un temperamento muy difícil, y las rabietas, el mal genio y los gritos eran constantes, por lo que los parientes la miraban como si de un monstruo se tratara.
Pero Helen y su familia no se resignaban con ese destino y, a fuerza de voluntad, lo fueron superando, y gracias también a tutores y amigos que la ayudaron, entre ellos, Anne Sullivan.
Anne Sullivan fue su profesora personal y su amiga, la ayudó a controlar su mal genio, y la enseñó a hablar y a leer, primero con el alfabeto manual táctil y luego con el sistema braille, y a escribir de forma normal y en braille.
Helen fue a la escuela de Cambridge para señoritas desde 1896 y en 1900 entró en la Universidad de Radcliffe, ella fue la primera persona sordo-ciega en presentarse y entrar a la Universidad.
La vida en Racliffe fue dura para Helen y Anne, por la cantidad de trabajo al que tenían que enfrentarse, lo que llevó a esta última al deterioro de su visión.
En la Universidad, Helen empezó a escribir sobre su vida, y en 1903 publicó el libro “La historia de mi vida”, que aunque al principio no tuvo un gran éxito, más adelante se convirtió en una obra clásica.
En 1904 Helen se graduó “Con Honores” siendo la primera persona sordo-ciega en obtener un título universitario. Ese mismo año habla por primera vez en público. Y a partir de entonces, Helen y Anne inician una gira de charlas y conferencias sobre sus libros y sus experiencias personales.
El 20 de octubre de 1936 a la edad de setenta años muere Anne Sullivan en Forest Hills, Nueva York, con Helen a su lado.
Helen se implicó en campañas para mejorar la vida de personas ciegas quienes eran rechazadas por la sociedad y erróneamente educadas en asilos. Y con la perseverancia de esta mujer las cosas empezaron a cambiar.
En 1957 fue presentada por primera vez en la televisión de los Estados Unidos “Trabajadora milagrosa”, un drama donde Anne Sullivan muestra la primera forma de comunicación con Helen cuando ésta era una niña. Y en 1959 esta obra fue representada en Broadway obteniendo un gran éxito. En 1962 se realizó otra película en la que las actrices que encarnaban el papel de Anne y Helen recibieron Premios Oscar por sus interpretaciones.
En octubre de 1961 Helen sufrió el primero de una serie de accidentes cerebro vascular, por lo que su vida pública se fue cerrando y en los últimos años de su vida se dedicó a cuidar su casa en Arcan Ridge.
En 1964, Helen fue galardonada con la Medalla Presidencial de la Amistad, el más alto galardón para personas civiles otorgada por el presidente Lyndon Johnson. Y un año más tarde fue elegida como la mujer del “Salón de la fama” en la feria mundial de Nueva York.
En junio de 1968, en Arcan Ridge, Helen Keller muere mientras dormía. Su crematorio tuvo lugar en Bridgeport, Conecticut. Más tarde su urna sería llevada a un lugar cerca de donde estaban enterrados los restos de Anne Sullivan.
En recuerdo de Hellen, hay una calle dedicada a ella en la localidad española de “Getafe” y en Santiago de Chile una escuela para ciegos lleva su nombre. Así como otra en Córdoba, Argentina y en Corrientes, también de Argentina, un colegio para sordos. Y en Caracas, Venezuela, un colegio para niños con deficiencias auditivas también lleva su nombre.
Un ejemplo de vida la de estas dos mujeres que fueron una sola a la hora de trabajar y de conseguir un ideal. Lo que nos lleva a la reflexión, de que con voluntad y trabajo no hay impedimentos para lograr todo aquello que nos propongamos. Mi admiración Para Helen Keller, así como para Anne Sullivan, porque sin su esfuerzo, esta historia no hubiera sido la misma.
Magnífico!!
Desde luego que no hubiese sido la misma historia, sin su coraje, siempre se escribe de losvalientes, nunca se escribe nada de los cobardes.